¿Cuándo y por qué tenemos que decantar el vino?

Esta acción favorece el rápido contacto del aire con el vino.

Los profesionales del vino necesitamos estar al día, conocer, catar, evaluar. En este sentido, las ferias son un gran escaparate para las bodegas, pues motivan encuentros entre los productores y clientes potenciales. En un solo día, las ferias permiten entrar en contacto con un gran número de bodegas. Me gustan. Existen ferias de vinos de muchos tipos: populares, profesionales, especializadas, globales o muy locales. En el calendario anual abundan estos eventos.

Entre las que se enfocan al consumidor final, la más espectacular que he visitado es El Salon des Vignerons Indpendants, que cada año reúne en Paris a 700 bodegas “independientes” de todas las denominaciones de Francia. Es un salón donde cliente final y profesionales comparten espacio y tienen contacto directo con el bodeguero. También se puede comprar vino in situ. Es un espectáculo, un trajín de carretillas, pasillo arriba y pasillo abajo, cargadas con cajas de Mâcon, Bordeaux, Provence y Rhône. Una auténtica fiesta del vino francés. Da un poco de envida que no tengamos nada parecido aquí, para qué negarlo.

En España se organizan ferias populares, pero raramente se pueden comprar cajas de vino. Su objetivo está dirigido más a conocer a los productores y beber vino tras la compra de tickets degustación. Suelen tener alcance local y, dependiendo del horario en el que se realicen, conllevan el riesgo de acabar “bacanalizándose” un poco. Las distribuidoras o comercializadoras pueden montarse su propia feria para presentar al público (compradores y restauradores) las diversas bodegas que forman su portafolio. Existen también ferias temáticas: ferias de vinos a granel, ferias de vinos naturales, feria de productores bio, etc.

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